En esta obra maestra del cine los vecinos de uno de los barrios más pobres de la ciudad colombiana de Bogotá luchan para evitar el derribo de la casa dónde viven, propiedad de un personaje sin escrúpulos. En nuestro ámbito la casa a derribar es bien grande y abarca el conjunto de los servicios públicos de la Junta de Andalucía que hoy Griñán y su séquito están privatizando. De camino se aprovecha el argumento de la necesaria reestructuración para afianzar a los amigos de lo ajeno en sus posiciones de favor, escóndidos entre la multitud.
Pero defendiendo el edificio contra los politi-ninis y sindicalistas verticales, planean una original estrategia ideada para defender, sin descanso, la casa desde dentro. La lucha contra los corruptos estaba perdida antes de empezar, pero los vecinos están dispuestos a defender su dignidad. La estrategia del caracol tiene que ver con la solidaridad y con la capacidad individual de enfrentarse al poder corrompido. La estrategia del caracol, señoras y señores, ha comenzado.
Sin justicia no hay paz social.
Sin justicia no hay paz social.
