Los renglones torcidos del PSOE-A

Últimamente, no hemos tenido más remedio que abrir bien las orejas y enterarnos, caso a caso, de una interminable retahíla de escándalos que  han ensuciado no el nombre de sus protagonistas principales, que también, sino el nombre de un partido que dice ser de izquierdas de cuyo seno salió el gobierno de una administración pública que, teóricamente, tiene que gestionar los intereses de sus representados con escrupuloso respeto a la ley, prudencia y decoro, no especialmente, en tiempos difíciles: SIEMPRE.




Lo que faltaba por saberse es lo que ha salido en toda la prensa nacional, en todas las radios y tedetés del mundo mundial: que un conductor de la Junta de Andalucía fue aconsejado por un alto cargo de la misma administración a constituir falsas empresas para embucharse el dinero y una vez conseguido, resulta que parte del dinero se gastó en cocaína. Sí, ha leído bien: C-O-C-A-I-N-A, ese polvo blanco como la tiza que debe dar unos subidones y una ganas de robar de aupa.  

Otro episodio más que sigue escribiendo la historia reciente de penosa honradez de un partido socialista obrero español, que es socialista sólo de boquilla.

Una historia real escrita por los renglones torcidos del PSOE-A que deberían estar bajo vigilancia permanente.

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